30 octubre 2009
MARGARET MEAD
Margaret Mead fue una antropóloga cultural estadounidense. Se graduó de Barnard College en 1923 y recibió su doctorado de la Universidad de Columbia en 1929. Se dio a conocer en 1925 por su trabajo de campo en Polinesia. Se unió al Museo Americano de Historia Natural, en Nueva York, como asistente de director, siviendo como directora de etnología. Durante la segunda guerra mundial, sirvió como secretaria ejecutiva del comité de hábitos alimenticios del Consejo Nacional de Investigación. Por otra parte, trabajó como profesora adjunta de la Universidad de Columbia desde 1954.Centró sus estudios en problemas de crianza infantil, personalidad y cultura.
Bibliografía: wikipedia
Su primer libro, Adolescencia, Sexo y Cultura en Samoa (1928), basado en sus investigaciones hechas como estudiante de pregrado; y en sus trabajos publicados posteriormente, basados en el tiempo que pasó en Papúa Nueva Guinea, como persona letrada por las culturas describió haber puesto en tela de juicio algunas de sus observaciones.
Adolescencia, Sexo y Cultura en Samoa Margaret Mead describió el objetivo de su investigación de la siguiente manera: "He tratado de dar respuesta a la cuestión que me envió a Samoa: ¿Los disturbios que angustian a nuestros adolescentes son debidos a a la naturaleza misma de la adolescencia o a la civilización? ¿Bajo diferentes condiciones la adolescencia presenta diferentes circunstancias?" Ella llegó a la conclusión de que así era.
Mead condujo su estudio entre un pequeño grupo de samoanos —una aldea de 600 personas en la isla de Tau— en el cual ella se familiarizó, vivió, observó y entrevistó (a través de un intérprete) a 68 mujeres jóvenes entre los 9 y los 20 años.
Concluyó que el paso de la infancia a la adolescencia en Samoa era una transición suave y no estaba marcada por las angustias emocionales o psicológicas, y la ansiedad y confusión observadas en los Estados Unidos.
Las jóvenes mujeres samoanas postergaban el matrimonio por muchos años mientras disfrutaban del sexo casual, pero que, una vez casadas, sentaban cabeza y criaban exitosamente a sus propios hijos.
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